Desde el lanzamiento de la primera página web el 13 de noviembre de 1990, en el marco del proyecto WorldWideWeb, iniciado por Tim Berners-Lee & Robert Cailliau y destinado inicialmente a desarrollar un sistema de hipertexto organizado en forma de Web, con el fin de mejorar la difusión de la información interna, los sistemas de organización de los arácnidos no dejan de inspirarnos…

Hay que decir que, además de sus asombrosas capacidades arquitectónicas, las arañas, que viven en nuestro planeta desde hace más de 380 millones de años, con más de 45.000 especies repartidas en numerosos hábitats por todo el mundo, producen una seda con múltiples cualidades: aunque esté compuesta únicamente por agua y proteínas, y además sea renovable y comestible, resulta ser más resistente que el acero, biocompatible y capaz de moldearse como el plástico…

Así que la seda de araña está encontrando ahora un futuro sorprendente y prometedor:

En el Palais de Tokyo, la exposición On Air de hace unos meses mostraba el increíble trabajo de pequeñas (¡o a veces mayores!) criaturas, a través de los experimentos de Tomás Saraceno sobre la hibridez de las telarañas, o sobre las posibilidades de comunicación interespecífica.

En cuanto a la electrónica, la investigadora Nolwenn Huby, del Instituto de Física de Rennes (CNRS), ha conseguido fabricar un chip cuyos circuitos impresos están hechos de seda de araña.

El investigador biomédico Fiorenzo Omenetto ha identificado más de 20 posibles usos, como chips biodegradables, hologramas y seda para fabricar ropa y otros objetos.

En resumen, todavía tenemos mucho que aprender de las arañas, incluida su eficaz forma de comunicarse. Así que, la próxima vez que te cruces con uno de ellos, aunque te asuste un poco, no lo machaques: son el futuro…